Si estás valorando la posibilidad de pasar a la acción e invertir algo en La Bolsa, bien porque te ha picado el gusanillo, bien porque la posibilidad de obtener un buen interés dejando tu dinero en una Cuenta de Ahorro, a Plazo Fijo o en algún Fondo de Inversión de Renta Fija es escasa, quizás te preguntes: Y eso de la Renta Variable, ¿Qué es?.
¡Veámoslo!
¿Qué es la Renta Variable?
En términos generales
La Renta Variable es aquella inversión en la cual ni el dinero que se invierte ni la rentabilidad están garantizados, y además, no se conocen a priori.
Es decir, que cuando invertimos nuestro dinero en Renta Variable no sabemos si vamos a ganar o si vamos a perder.
En términos de Inversión
Renta Variable: Instrumento financiero cuya rentabilidad no está definida de antemano, sino que depende de distintos factores entre los que destacan los beneficios obtenidos y las expectativas de negocio de la sociedad emisora. En general no tienen plazo de vencimiento predeterminado. Los valores de renta variable más representativos son las acciones.
Fuente: CNMV
En este caso hablamos de un producto financiero cuya rentabilidad no está garantizada y con el que puedes ganar o perder.
Tanto monta, monta tanto…
La Bolsa
Aunque la Renta Variable se confunde normalmente con La Bolsa, esto no es del todo correcto, ya que La Bolsa es sencillamente «el mercado», es decir, el lugar donde se comercializan productos financieros.
Como en cualquier mercado los vendedores (las empresas) ponen a la venta sus productos (productos financieros) para que los compradores que lo deseen (los ahorradores e instituciones) los adquieran, y como cualquier mercado se rige por la ley de la oferta y la demanda, de modo que el precio de estos productos depende de que se pongan de acuerdo unos y otros.
Y aunque podamos pensar que en La Bolsa sólo se compran y se venden acciones tampoco es cierto, ya que también se compran y venden obligaciones, bonos, fondos de inversión, ETF´s y otros productos financieros.
En todo caso lo habitual es que cuando se habla de «La Bolsa» o de «invertir en Bolsa» en realidad se está hablando de «La Bolsa de Valores» y de «comprar acciones» ya que éstas son el productos financiero de renta variable por excelencia.
Lo que nos lleva a preguntarnos,
¿Qué son las acciones?
Las acciones son un título de propiedad de una empresa, de modo que cuando un inversor compra acciones de una empresa compra una parte de la misma, convirtiéndose en socio o, lo que es lo mismo, en accionista.
Acción: Las acciones representan una parte proporcional del capital social de una sociedad; por tanto, los accionistas son copropietarios de las empresas en proporción a su participación. Son valores participativos negociables y libremente transmisibles.
Fuente: CNMV
Supongamos que el capital de una empresa es como una gran pizza que se divide en miles de porciones. Si compras una porción eres propietario de una parte de la pizza, es decir, eres dueño de una parte de la empresa.
Al ser socio de la empresa ésta no tiene ninguna obligación de devolverte el dinero de las acciones que tú le has comprado, pero sí de hacerte partícipe de los beneficios que obtenga en el ejercicio de su actividad si así lo decide. En el caso de que lo haga cobrarás lo que se conoce por dividendos.
Además, como dueño de estas acciones puedes ponerlas a la venta cuando quieras, de modo que si encuentras a alguien interesado en ellas podrán pasar dos cosas: que las vendas por menos de lo que te costaron, con lo que obtendrás pérdidas (minusvalías), o que las vendas por más de lo que te costaron, obteniendo así beneficios (plusvalías).
Aquí está el quid de la cuestión: Comprar acciones para obtener beneficios mediante el cobro de dividendos y/o mediante su venta posterior, asumiendo el riesgo de que esto no pase.
Aunque no podemos obviar los casos en los que un inversor simplemente compra acciones para tener un patrimonio financiero, es decir, sin intención de deshacerse de ellas a corto plazo.
¿Cómo invertir en Renta Variable?
Si queremos invertir en Renta Variable podemos hacerlo de varias formas:
- Comprando acciones
- Adquiriendo participaciones de un Fondo de Inversión que invierta en Renta Variable
- Contratando un servicio de Gestión de Cartera de Valores
Comprar acciones
Para comprar acciones debemos acudir a un intermediario financiero (entidad autorizada por la CNMV), abrir una Cuenta de Valores y operar -comprar y vender- a través de ella.
En este caso tendremos gran poder de decisión ya que escogeremos las empresas en las que queremos invertir así como el precio que estamos dispuestos a pagar y, con suerte, también al que queremos vender. Además cobraremos los dividendos si la empresa los reparte.
Sin embargo la compra directa de acciones implica invertir mucho más dinero, asumiendo por tanto un mayor riesgo y, pese a que vivimos en un mundo globalizado, si no somos inversores especializados quizás nos limitemos tan sólo a acciones de empresas que cotizen en la Bolsa Española, ya que acceder a Bolsas Internacionales nos resultará mucho más complicado.
En última instancia nos veremos obligados a prestar más atención a nuestras acciones, a estudiar la empresa, ver cómo evoluciona, estar al día de las noticias… aunque a cambio también podremos vivir la experiencia con mayor intensidad.
Invertir en Fondos de Inversión de Renta Variable
Otro modo de invertir en Renta Variable es hacerlo a través de fondos que a su vez inviertan en acciones.
En este caso nuestro poder de decisión se limitará a escoger el fondo que queremos y decidir cuándo compramos participaciones y cuándo las vendemos.
Hacerlo a través de fondos nos permitirá destinar una menor cantidad de dinero ya que muchos tienen una inversión mínima muy pequeña. Además podremos acceder a mercados internacionales, ya que hay fondos de renta variable que invierten en empresas de diferentes países. Eso sí, ya no seremos accionistas de la empresa, ya que la propiedad de las acciones pasa directamente al fondo, no a nosotros, así que no cobraremos dividendos si la empresa los reparte.
Por otra parte, quizás la más importante, no nos veremos obligados a prestar una atención minuciosa a las empresas en las que invirtamos porque serán los gestores del fondo quienes lo hagan. Aunque como buenos inversores convendría revisar nuestros fondos cada cierto tiempo.
Contratar un Servicio de Gestión de Cartera de Valores
Si no nos apetece comprar y vender acciones por nuestra cuenta, ni tampoco apostar por los fondos de inversión, siempre nos queda la opción de contratar un Servicio de Inversión especializado en Valores que gestione la compra-venta de acciones en nuestro nombre. A esto se le conoce por Gestión de Carteras.
La mayor parte de entidades autorizadas ofrecen Servicios Discrecionales de Gestión de Carteras, entre las que se encuentran las Carteras de Valores, es decir, aquellas que invierten únicamente en acciones.
La diferencia es que para acceder a este servicio lo habitual es que tengamos que destinar una cuantía de dinero elevada, ya que no suelen estar disponibles para cantidades muy pequeñas -aunque cada vez el listón está más bajo.
Por otra parte hay que considerar que este servicio no es gratuito, ya que la entidad suele cobrar una comisión de gestión y en algunos casos hasta una comisión de éxito, aunque también es cierto que compensa un poco porque aplican menores comisiones de compra-venta.
Si accedemos al mercado de Renta Variable a través de un servicio de inversión de Valores tendremos, al igual que en los fondos de inversión, profesionales que estudien los mercados, las empresas y la economía en general, siendo ellos quienes tomen la decisión de comprar y vender las acciones en cualquier momento, sin embargo en este caso sí que seremos accionistas de la empresa, teniendo derecho por tanto a percibir los dividendos que se repartan.
A cambio la entidad que preste este servicio nos remitirá de forma periódica un informe sobre cómo van nuestras acciones, sobre las operaciones que ha hecho, el cobro de dividendos e incluso su implicación fiscal.
Conclusión
En toda inversión se da una regla de oro: a mayor rentabilidad, mayor riesgo, y por contra, a menor rentabilidad, menor riesgo.
La Renta Variable es una inversión de riesgo elevada que por otra parte ofrece mejor rentabilidad que otras alternativas para colocar nuestros ahorros. Hoy en día está al alcance de cualquiera, lo que no quita que prestemos atención, seamos inversores responsables y aprendamos un poco sobre el tema.
Un saludo,
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